Se adhieren a la ropa, maletas y muebles. Saltan de un sitio a otro, sin que nos demos cuenta. De día, se esconden en los colchones y sofás. Y de noche, se alimentan de sangre humana. El diario Le Parisien les ha dedicado un artículo en el que los llama «los vampiros bajo las sábanas». Si durante años la pesadilla de París ha sido la proliferación de ratas, ahora la capital francesa está haciendo frente a una invasión de chinches.
La alarma mediática empezó hace unos meses cuando se hicieron virales varios vídeos que mostraban estos insectos pululando en las butacas del cine. Más tarde sucedió lo mismo con los asientos del metro y de algunos trenes de cercanías. Y en los últimos días han tenido que cerrar dos escuelas. La proliferación de estos parásitos a diez meses de los Juegos Olímpicos en París ha desatado la psicosis.
Y, como era de esperar, ante esta rocambolesca situación, no han tardado en aparecer bulos y conspiraciones estrambóticas sobre el tema. La última de ellas llama especialmente la atención: la plaga ha sido provocada por un misterioso villano que quiere ver arder Francia. Una especie de Joker entre cuyos malévolos planes están sembrar el terror en la capital y ponerlo todo patas arriba.